Ya había vuelto a olvidarse el reloj en casa y pensó que a partir de mañana se levantaría cinco minutos antes para no dejarse nada. Debían ser ya las cuatro menos cuarto aproximadamente, puesto que ya había visto pasar dos autobuses de esos que deben pasar cada diez minutos pero que en realidad pasaban cada quince. Bueno ya faltaba menos para que llegara ella. Estaba nervioso pero contento aunque había estado a punto de decirle que no podría ir, pero ahora se alegraba de no haberlo hecho, aunque no sabía si la reconocería o tal vez fuera ella la que no le reconociera a él, pero eso ahora daba igual.
Se quedó mirando a un niño de unos cuatro años paseando a su perro, el pobre animal no podía seguir el paso de su dueño pero eso no parecía importarle al chaval, porque seguía estirando de su mascota. Otro autobús. Debían ser ya las cuatro, estaría a punto de llegar. Y se dio cuenta de que tenía unas ganas locas de ir al excusado aunque no era el momento idóneo, pero su vejiga no atendía a razones. Intentó pensar en otra cosa pero no le sirvió de nada, entonces vio a una mujer en el otro extremo de la calle que le pareció que podía ser ella, su vejiga disminuyó la presión afortunadamente para él. Se pasó la mano por el pelo para alisárselo, aunque más que un acto voluntario era una costumbre que se remontaba mucho atrás.
Estuvo unos segundos sin poder reaccionar pero finalmente se decidió a caminar hacia la mujer del vestido negro. Era de facciones agradables aunque no era guapa, resultaba muy difícil apartar la vista de sus ojos marrones que transmitían paz. Cuando quiso darse cuenta estaba a escasos centímetros de ella y no había podido dejar de mirarla desde que la vio, aunque se obligó a girar la cara para no parecer descarado y grosero, por fin ella le miró y le obsequió con una sonrisa cálida y sincera lo que acabó de decidirle, y le dijo:
-Eva, ¿eres tú?
Aunque sabía que era ella mucho antes que contestara, la escuchó decir:
-Casi no te reconozco Alex, ha pasado tanto tiempo...Pero pertenece al pasado y hay que pensar en el presente, y el presente es que tengo hambre y me gustaría ir a comer algo y charlar con un viejo amigo.¿Que te parece el plan?¿Vamos a un bar?¿O mejor una pizzería? Bueno, ya veremos. Pero antes, ¿como estás?
-Bueno la verdad es que un poco abrumado, si te soy sincero. Pero tampoco me ha ido tan mal en estos diez ¿diez? Sí, diez años. Se está empezando a levantar viento,¿vamos?
-Por supuesto.
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