19/2/08

Leyenda urbana

Según me contó la prima de la vecina de la suegra de un funcionario d correos, el otro día sucedió algo extraño y sorprendente. Resulta que este hombre tenía que hacer una entrega a domicilio, bueno pues se presenta allí con el paquete que por cierto era bien grande y su trabajo le costó llevarlo hasta la puerta. Abre una mujer mayor y le dice que debe haber un error y la dirección debe estar equivocada puesto que allí no vive nadie con ese nombre, es más la mujer es viuda y vive sola desde hace 10 años. Pues nada, el hombre vuelve a cargar el paquete en la furgoneta y se dirige de nuevo a la oficina a la espera de que venga alguien a reclamarlo.

Pasan varios días, y cuando ya nadie se acuerda del paquete, notan un olor extraño y desagradable en el almacén. Al principio nadie le da importancia hasta que el hedor empieza a ser insoportable y el encargado manda buscar de donde proviene la peste. Después de varias horas removiendo cajas de todos los tamaños y colores dan con el origen del nauseabundo olor que casualmente viene del paquete olvidado. Movidos por la curiosidad deciden abrirlo, y ni te imaginas lo que había dentro.

¡¡¡¡TRES CABEZAS!!!!

Sí, sí, como lo oyes, tres cabezas. Dos de ajos y una de cebolla.

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